Iniciamos
una serie de anotaciones sobre armonías de nuestros godellos con diferentes
platos. Experiencias que hemos extraído
de cenas y comidas maridaje puestas en marcha en restaurantes de Galicia y de
otros puntos de la geografía española. El objetivo es dar a conocer las
diferentes combinaciones que admite un vino blanco de godello.
Cata en el Mediterraneo pero con acento gallego
En el Restaurante Eladio de Valencia (www.restauranteeladio.es), una
referencia en la ciudad de experiencia, calidad y buen hacer, tuvimos la oportunidad
de hacer un juego de maridajes y conocer los gustos de los invitados al combinar
una serie de platos con el Godeval y el Godeval Cepas Vellas. Acompañados por los representantes de nuestra distribuidora en la zona Alvasa (www.alvasa.com), la idea era descubrir nuevos sabores y armonías con nuestro godello, teniendo en cuenta que
los ingredientes y la forma de cocinar el plato también influyen. La idea gustó tanto que unas semanas después de esta cena maridaje se repitió experiencia y en esa ocasión jugaron con vinos de diferentes añadas.
En la primera se degustó:
El sabor del atún y la untuosidad que aporta la
bechamel necesitó un Godeval Cepas
Vellas para rebajar el salino del plato y complementar el relleno. La
mayoría de los asistentes así lo constataron.
- Sardina rellena de berenjena y su salazón sobre nido de judías salteadas con jamón ibérico de Bellota.
En esta ocasión necesitamos el Godeval para potenciar el sabor del
conjunto del plato, sobre todo de la sardina. En este caso la salazón no
molestaba al vino y la receta fue toda una sorpresa por sabor y armonía con el
godello. Entre los comentarios de los asistentes destacaron que el vino
potenciaba el sabor del plato y también hubo quien opinó que podía comer el
plato con los dos vinos separando los ingredientes.
-Merluza
de Burela a la gallega
El Godeval
fue el vino estrella para este plato realizado con pescado blanco, además el
pimentón y el aceite que lo acompañaba acentuó el sabor del vino.
-Entrecot
de ternera gallega trinchada y sus ajitos tiernos
En este plato tuvimos que probar el vino con las
diferentes partes del plato, primero solo con la carne, luego con los ajitos y por último todos los componentes juntos. El
objetivo era descubrir sabores y combinaciones. El Godeval Cepas Vellas fue el mejor acompañante de todos los
ingredientes por separado y en conjunto. En el caso de los ajetes acentuó su
sabor y respetó el de la carne que estaba en su punto de cocción.
-Postres
Probar los vinos con los postres sorprendió a los
comensales habituados a dejar el vino en este momento de las comidas. No todos los postres se pueden probar
con vinos pero si que descubrimos que hay postres que se potencian con el
godello e incluso combinaciones que no se consiguen de otra manera. Los postres
de esta espléndida cena fueron:
-Canelón
de piña con queso mascarpone:
En este plato hubo división de opiniones. La parte
grasa del queso mascarpone y el sabor intenso de la piña necesitó un Godeval
Cepas Vellas para unos y para otros el Godeval que complementó el sabor de la
piña y refrescó. Dependía de los gustos de cada comensal.
-Leche
frita:
El Cepas Vellas acompañó este plato elaborado a base
de leche, lo graso del lácteo complementa a este vino elaborado sobre lías. Además
llevaba poca canela que podía no armonizar con el vino.
-Mousse
chocolate blanco:
El Cepas Vellas vuelve acompañar la parte grasa del
chocolate aunque en este plato no hubo mucho acuerdo con cual armonizaba mejor.
Según el gusto de cada comensal necesita complementar o refrescar.
Lo curioso de esta cena maridaje es que unas semanas después se repitió y los asistentes coincidieron en la mayoría de las armonías entre platos y vino. En esa ocasión tuvieron la oportunidad de catar :
Godeval 2012 y Cepas Vellas 2011, y como sorpresa de la noche Godeval 2008 y 2009, además de Godeval Cepas Vellas 2006 y 2008 .
En principio nadie sabía que iban a probar
vinos de añadas anteriores pero una vez que lo supieron se sorprendieron gratamente
de los matices que descubrían en un vino blanco con más de 5 años en botella.
La sorpresa empezó al servir el plato de
sardinas, en un principio nadie descubrió que lo que estaban tomando en ese
momento era GODEVAL 2008, cierto es que las condiciones de luz no eran las
óptimas, pero la diferencia en el color es apenas perceptible, hubo algún
comentario en cuanto a la “mayor suavidad” del vino que atribuían al plato y si
que hubo una mayor preferencia del Cepas Vellas para maridar con este plato,
que sin embargo en la primera cena había sido para el Godeval 2012.
Con el plato de la merluza no variaron los
gustos con respecto a la cena anterior y el Godeval se impuso. El entrecot de
ternera gallega también cumplió lo probado en el anterior ágape pero en esta
ocasión la sorpresa fue para varios comensales al probar el Godeval Cepas Vellas
2008 y 2006 con la carne y ver que seguía armonizando. En esta ocasión la
sorpresa fue tal que incluso los declarados “pro tintos” alabaron las
cualidades del Cepas Vellas.
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